Bueno el sabor del tomate verde, los serranitos verdes, cocidos y molidos con ajo fresco y una rama de epazote, no se compara, desde luego a esto que aunque esta logrado porque como ya lo he dicho SABE A MEXICO, nunca será igual, pero cuando se vive tan lejos y los productos son imposibles de conseguir (porque una vez ya experimente con salsa verde en lata, no funcionó, por la acidez de los conservantes) tenemos que utilizar nuestra imaginación y buscar alternativas para poder disfrutar un sabor parecido al que echamos de menos, así que decidí buscar algo parecido a los serranitos frescos o como se dice aquí guindillas picantes y encontré estas
(moño, dicen en España) y su frente amplia como la mía, su guiso estrella que era de costillas de cerdo con bolitas de masa, nunca he probado nada igual, ah! y el espinazo de cerdo con “flor de izote”, ya los he intentado hacer y un día los compartiré, aunque la flor de izote la he conseguido de manera no muy legal, porque la hay en los parques madrileños jejeje…El momento de apagar el fuego es cuando los pequeños chicharroncitos se han esponjado o inflado y se sirven con aguacate y tortillas calentadas en comal o plancha, pero las de bolsa como ya dije se meten primero al micro en bolsa de plástico y luego se ponen sobre una plancha a calentar si se calientan directamente lo que se logra es que se tuesten y no puedan doblarse para comer en taquitos…
Y después, si tenemos una coronita a mano, pues decimos… buen provecho!!












